
Viajar con el Barça tiene enormes ventajas aunque dure casi 12 horas, el avión es grande y sobran muchas plazas. El equipo se sitúa en primera i el resto de los humanos detrás cerrando la cola los periodistas. A cada uno en viajes largos nos tocan 2 o 3 asientos. Comodidad la hay aunque nada comparable al status de los jugadores, asientos que se convierten en camas, (ver foto) manta mas gruesa que la del resto e imagino que comida mas refinada aunque la nuestra no estaba nada mal, tratándose además de una compañía austriaca, la que fundo el ex piloto de Formula 1 Niki Lauda.
Lo difícil es pasar las horas, si tenemos en cuenta que además tardamos mas de una hora en salir. Cuando despegas los 4 periódicos están casi leídos, los sudokus te duran mientras vuelas en territorio español, desayuno lectura y casi estas en el atlántico, de allí solo unas 10 horas, dormir, leer ver películas, mientras tus tres asientos se van desordenando con almohadas, mantas libros, ipod, boligrafos, las toallitas refrescantes y los sobres de sal-pimienta que por alguna oculta razón no desaparecen nunca con las bandejas. Pero se llega, si, al fin se llega. Los cámaras y fotógrafos nos levantamos cuando aun se mueve el avión, con la habitual bronca de la azafata, para salir primeros y poder hacer unas fotos que con el cambio horario no sabes si llegarán a salir publicadas, se abre la puerta, esta lleno de policías de emigracion y detrás de ellos llega lo impredecible, una inmensa e increíble ola de calor a 40 grados. Monterrey.
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