sábado, marzo 10, 2007

Liverpool




El Barça irá a Liverpool a buscar un milagro y poder pasar a la siguiente ronda de la Champions League.
Liverpool es una ciudad portuaria en el nordeste del país, que intenta reavivar con los nuevos tiempos, pero marcada por dos referencias a las cuales no quiere ni puede renunciar: The Beatles y el equipo que lleva el nombre de la ciudad, el Liverpool.
La ciudad está llena de connotaciones del mítico grupo, desde el aeropuerto que lleva| el nombre del más comprometido de sus componentes, "Aeropuerto John Lennon", pasando por el Museo de los Beatles donde se reproducen desde los primeros estudios de grabación, hasta el interior del avión que los llevó a su primera gira por los EE.UU., y acabando en la tienda donde se pueden comprar todos los gadgets inimaginables del cuarteto. Una visita obligada es The Cavern, el club donde empezaron a actuar e hicieron más de doscientos conciertos. La sala original desapareció y, justo al lado, se ha hecho una reproducción exacta de la original donde, si tienes suerte, puedes oír alguna noche, tomando una cerveza, algún grupo que toca las viejas canciones de los Beatles, cosa que te llevará a un pasado ya casi olvidado.
La otra referencia es el Liverpool, un club centenario que representa el sentimiento de una ciudad, un amor comparable al del Barça y Cataluña. Un equipo que juega al mítico Anfield Road, un campo histórico donde| los jugadores de los dos equipos tienen que pasar por debajo de una frase pintada en el dintel de la escalera| que lleva| al césped, que los recuerda,:"This is Anfield" (eso es Anfield) y que están a punto de salir a un campo lleno de historia. Unas gradas, sobre todo la conocida como The Coq, el emblema del club, que no deja que los contrarios olviden que ellos ya tienen 5 copas de Europa con sus cánticos. Por no decir que a cada jugador se lo ha personalizado una canción. Impresiona oír a los 45.000 espectadores que semana a semana llenan al viejo a campo, construido en 1884, cantando de pie el famoso himno, "You'll never walk alone" y que también figura escrito en letras de hierro en la puerta dedicada en Bill Shankly, el histórico manager de los reds.
Un himno que comparten con el Celtic Glasgow, afición escocesa que tan sólo una vez lo dedicó a alguien no vinculado a su equipo. Fue el 11 de marzo de 2004, cuando por los altavoces anunciaron que aquel día se cantaría para honrar a los familiares de los casi 200 muertos del atentado de Atocha, que se había producido 12 horas antes de jugar un partido con el Barça. El himno sonaba mientras en el centro del campo los 22 jugadores formaban un círculo abrazados. Uno de los momentos más emocionantes que este deporte ha dado y que difícilmente podremos olvidar los que estuvimos allí.

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